Esta fue una de las perlas dialécticas de Peta Zeta y con ella demostró que o mucho lo disimula o no tiene ni idea de lo que los españoles de apié padecemos.
Vamos, el hombre este debe creer que la tasa de crecimiento, en el contexto actual de decrecimiento, del PIB lo que mide es el número de sonrisas que echamos a lo largo del año. Y que el PIB per cápita no es más que las sonrisas de las que cada uno de nosotros somos responsables. Y que el dinero, en definitiva, el poder pagar lo que necesitamos para vivir, el poder dar de comer a tus hijos, etc. no es lo importante, lo importante es sonreír y estar alegres.
Creo que esta frase esconde verdaderamente un insulto hacia todos nosotros. En Roma se trataba, por lo menos, de lograr que todos los ciudadanos romanos tuvieran qué llevarse a la boca ("Panem") y que tuviesen cierto ocio y entretenimiento en sus vidas ("Circenses") con el objetivo de que estuviesen contentos y dejasen al poder político tranquilo y sin amenazasa. Pero en este país llegamos al absurdo de que este hombre directamente nos dice que seamos felices así porque sí, sin atender a las necesidades que tenemos. En definitiva, más que un presidente parece un predicador de una religión en la que todas son buenas razones pero carentes de un sustento y un fundamento. En la entrada anterior mencioné que Peta Zeta habría sido un gran vendedor de seguros, en esta digo que como predicador habría sido un gran orador de masas aunque, quizás ya lo sea en su presumible logia masónica.
4 comentarios:
¿Zapatero es masón? No lo creo, este hombre tiene pinta de no haberse puesto un mandil en su vida.
A lo que iba, ví en el telediario un pequeño resumen de las preguntas a ZP y lo cierto es que si la situación no fuese tan dramática sería para partirse de risa, ¡lamentable ZP!
Pero el pueblo no se equivoca, ha votado a los socialistas y deben asumir su responsabilidad todo el tiempo que bien puedan hasta las próximas elecciones, así funciona esto. Pero deben cambiar al Presidente yá, ES URGENTE, este tipo es una amenaza para el bienestar del país y hay que retirarle de la Presidencia con la mayor premura, ¡qué desastre!
¿No hay más gente en el PSOE que le pueda sustituir? Seguro que sí, ¿es que sólo tienen Leires y Pepiños? Seguro que hay alguien más capaz, esto no puede seguir así.
Capaz capaz...me imagino que tendrán a alguien escondido por ahí, vamos a ver:
-Zerolo...no.
-Pepiño...no.
-Chacón...no.
-Sebastián...no.
-Magdalena Alvarez...no.
-Rubalcaba...buff, sí pero no, es un tipo medianamente capaz pero recordemos su etapa con Gonzalez.
-Leire...no.
-Corbacho...no.
-Bernat Soria...no, es un majadero.
-José Antonio Alonso...bueno, parece de los más preparados.
-Pedro Solbes...jajaja.
-Bibiana Aído (la ministra de Igualdad)...pues teniendo en cuenta que con tan sólo 27 años, pesaban sobre ella diligencias previas por prevaricación...pues no me inspira mucha confianza.
Pues me has puesto difícil la cosa...
Pues yo creo que en ese sentido tenía razón. En todo caso habría que afirmar (sin absolutismos) que la economía TAMBIÉN es un estado de ánimo.
Está muy relacionado con el tema de las expectativas. La gente gasta más si cree que su porvenir será mejor, que es lo que pasaba antes. Ahora las expectativas son malas, la gente tiene miedo a perder su trabajo (el miedo es un estado de ánimo). Si tiene miedo no consume y si no consume, las empresas no vender, etc etc...
Claro que la economía no es solo y exclusivamente un estado de ánimo, pero el estado de ánimo indudablemente influye.
Por supuesto que influye, y me gusta que hayas remarcado la palabra TAMBIÉN, pero el tema, desde mi punto de vista va más allá.
Ampararse en la idea de que es un estado de ánimo suena muy bien pero es que podemos aplicar tal ecuación a cualquier ámbito de la vida: la productividad laboral depende del estado de ánimo, la reducción de la discriminación y violencia depende del estado de ánimo, hasta los colapsos de barajas dependen del estado de ánimo de los agentes,... Por ello, en materia económica ahora con la que está cayendo caer en el absurdo de echarle la culpa al estado de ánimo de la sociedad me parece una manera descarada de externalizar responsabilidades y de convertir lo obvio y subsidiario en innovador y primordial.
Además, tanto se ha criticado a los especuladores que promovían "estados de ánimo" en la economía (expectativas) y ahora se adapta el discurso mostrando como ejemplarizantes tales comportamientos.
Vamos a ver, distingamos economía real y economía imaginaria. Está claro que la imaginaria debe sustentarse en la real porque sino a corto o a largo plazo acaba haciendo crack (p.ej. sector de la construcción). La casa no se puede empezar por el tejado, primero hay que centrarse en la economía real y no os preocupeis que si va bien el mercado ya se generará sus propias expectativas.
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