El matrimonio civil se nutrió del derecho romano para establecer su contenido y, por tanto, su concepto y definición. Hasta hace varios años los civilistas definían tal insitución civil como "unión legal de un hombre y una mujer con la idea de mantener una vida en común". Por tanto, el matrimonio instituído en nuestro Código Civil se caracteriza por ser una unión legal, por ser entre un hombre y una mujer y por la idea de desarrollar una vida en común.
Lo que sucede es que las últimas reformas han logrado suprimir el concepto de matrimonio civil haciendo, por tanto, imposible establecer una característica esencial que lo distinga y diferencie. En cuanto a que es una unión legal, esta característica lo diferenciaba de las uniones de hecho pero, desde que las mismas han encontrado lugar en nuestro ordenamiento, esta característica deja de ser esencial al matrimonio. En cuanto a que se trata de una unión entre un hombre y una mujer, a la vista está que tal característica ha sido desvancada por la ley 13/2005 que da cabida, en materia de derecho a contraer matrimonio, a las uniones homosexuales. Por último, el llevar una vida en común ha quedado suprimido por la ley 15/2005 por la que se regula el divorcio unilateral y sin causa, así como por la regulación de las uniones de hecho.
De esta manera hemos llegado a la situación actual en la que el matrimonio civil ya no existe, ya no tiene características esenciales que lo identifiquen y diferencien. Es por ello por lo que los civilistas hoy en día son incapaces de, en materia de Derecho de Familia, establecer un concepto identificativo y distintivo de lo que es el matrimonio ya que este ha perdido sus características definitorias.
La razón de esta alteración y desnaturalización del Derecho de Familia y, por tanto, de nuestra legislación civil, se encuentra en la ideología de género y en su introducción, en nuestro ordenamiento jurídico, como base de la modificación de todas sus concepciones.
María Lacalle, profesora de Derecho Civil de la Universidad Francisco de Vitoria, establece que la ideología de género "pretende instaurar una sociedad en la que todos los individuos sean iguales, una sociedad sin diferencias entre los sexos en la que cada uno, independientemente de las características biológicas con las que nazca, escoja su propia identidad de género y su propia orientación sexual". Esta ideología es la que está detrás de varias de las leyes aprobadas en los últimos años.
Lo que sucede es que las últimas reformas han logrado suprimir el concepto de matrimonio civil haciendo, por tanto, imposible establecer una característica esencial que lo distinga y diferencie. En cuanto a que es una unión legal, esta característica lo diferenciaba de las uniones de hecho pero, desde que las mismas han encontrado lugar en nuestro ordenamiento, esta característica deja de ser esencial al matrimonio. En cuanto a que se trata de una unión entre un hombre y una mujer, a la vista está que tal característica ha sido desvancada por la ley 13/2005 que da cabida, en materia de derecho a contraer matrimonio, a las uniones homosexuales. Por último, el llevar una vida en común ha quedado suprimido por la ley 15/2005 por la que se regula el divorcio unilateral y sin causa, así como por la regulación de las uniones de hecho.
De esta manera hemos llegado a la situación actual en la que el matrimonio civil ya no existe, ya no tiene características esenciales que lo identifiquen y diferencien. Es por ello por lo que los civilistas hoy en día son incapaces de, en materia de Derecho de Familia, establecer un concepto identificativo y distintivo de lo que es el matrimonio ya que este ha perdido sus características definitorias.
La razón de esta alteración y desnaturalización del Derecho de Familia y, por tanto, de nuestra legislación civil, se encuentra en la ideología de género y en su introducción, en nuestro ordenamiento jurídico, como base de la modificación de todas sus concepciones.
María Lacalle, profesora de Derecho Civil de la Universidad Francisco de Vitoria, establece que la ideología de género "pretende instaurar una sociedad en la que todos los individuos sean iguales, una sociedad sin diferencias entre los sexos en la que cada uno, independientemente de las características biológicas con las que nazca, escoja su propia identidad de género y su propia orientación sexual". Esta ideología es la que está detrás de varias de las leyes aprobadas en los últimos años.
Un ejemplo claro lo encontramos en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de Marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en el apartado en el que regula el cambio de sexo en el Registro Civil cuando "no se corresponda con su identidad de género". Según Lacalle, "esta ley banaliza de una manera alarmante la cuestión de la identidad sexual. En primer lugar, no requiere un estudio psiquiátrico en profundidad, sino que permite que se cambie la inscripción registral con un simple informe psicológico; no exige cirugía de reasignación sexual, y tampoco establece como estrictamente obligatorio el haber seguido un tratamiento médico para acomodar las características físicas a las correspondientes al sexo reclamado". Es por todo ello por lo que Lacalle concluye afirmando que esta ley muestra "una concepción del ser humano según la cual la identidad sexual es una variable subjetiva de cada persona. Es como si cada uno pudiera inventarse a sí mismo: la naturaleza no cuenta, cada uno hace lo que quiere porque la libertad se concibe como una fuerza omnipotente y autocreadora. El deseo de cada uno se convierte en motivo suficiente para pretender alterar la realidad".
La ideología de la identidad toca todos los ámbitos del desarrollo humano, todos los ámbitos de convivencia y de realidad social y humana. La maternidad es, sin duda, uno de los ámbitos más perjudicados y atacados ya que los nuevos derechos reproductivos y sexuales "tienen por objeto que la mujer controle por completo la fertilidad, teniendo como núcleo central el acceso al aborto sin restricciones de ningún tipo". "Más que de derechos reproductivos -aclara Lacalle- deberían hablar del derecho a no reproducirse, que es lo que realmente quieren. Por eso buscan formas para liberar a la mujer de la tiranía de su naturaleza biológica, permitiéndole escapar de la barbarie del embarazo".
Otro de los ámbitos salpicado por esta ideología ha sido el regulado por la Ley Orgánica 1/2004, de medidas de protección integral contra la violencia de género. En esta ley se define la relación entre el hombre y la mujer como "necesariamente conflictiva". Además, "esta ideologización no lleva realmente a la solución del problema, pues no se tienen en cuenta otras causas directamente relacionadas con el aumento de la violencia, como la drogadicción o las rupturas familiares". Para la investigadora María Lacalle, se están manipulando los datos: "desde los años noventa han ido aumentando las muertes de mujeres a manos de sus parejas y ex-parejas pero también las muertes de hombres a manos de sus parejas y ex-parejas, los suicidios de unos y otros, la muerte de niños, la violencia de los adolescentes contra sus padres y las agresiones a las personas de mayor edad dentro del ámbito doméstico. Por no mencionar la violencia en parejas de lesbianas, que es mucho más elevada que la que se produce en parejas heterosexuales. Pero todos estos datos no se difunden a través de los medios de comunicación, y si no se difunden, no existen".
Por otro lado, para Lacalle, la ley del divorcio exprés "encaja perfectamente en la ideología de género, pues si cada uno se contruye y se inventa a sí mismo, y puede construir su relación como quiera, también se le debe reconocer la capacidad de destruirla a capricho". "No hay que tener en cuenta al otro cónyuge, ni tampoco hay que pensar en el daño, a veces irreparable, que se produce en los hijos", añade.
Por otro lado, parece que existe un interés en minimizar la autoridad de los padres, en lugar de reforzarla. Lacalle recuerda que en la Ley Orgánica de Educación "no se menciona para nada la autoridad de los padres. Esto ya fue denunciado por el Consejo de Estado en su informe, que recomendó al Gobierno que incluyera algún párrafo que hiciera hincapié en la autoridad de padres y profesores, pero el Gobierno hizo caso omiso". La Ley Orgániza de Educación 2/2006 "está impregnada de ideología de género, lo cual queda claro desde el mismo Preámbulo, donde se dice que son fines de la educación, entre otros, el desarrollo de las características afectivas del alumno, el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual, así como la valoración crítica de las desigualdades, que permita superar comportamientos sexistas".
En todo este proceso de ingeniería social es necesario "minar la autoridad de los padres para así manipular libremente a los niños y configurar sus conciencias y su visión del mundo y de las cosas".
El doctor en Derecho Canónico, Luis Garza, afirma que "esto es algo cómodo para algunos grupos que quieren adquirir y mantener el poder político por generaciones", "... pero además es el preludio para manipulaciones de gran envergadura como las que experimentamos en el siglo XX".
La ideología de la identidad toca todos los ámbitos del desarrollo humano, todos los ámbitos de convivencia y de realidad social y humana. La maternidad es, sin duda, uno de los ámbitos más perjudicados y atacados ya que los nuevos derechos reproductivos y sexuales "tienen por objeto que la mujer controle por completo la fertilidad, teniendo como núcleo central el acceso al aborto sin restricciones de ningún tipo". "Más que de derechos reproductivos -aclara Lacalle- deberían hablar del derecho a no reproducirse, que es lo que realmente quieren. Por eso buscan formas para liberar a la mujer de la tiranía de su naturaleza biológica, permitiéndole escapar de la barbarie del embarazo".
Otro de los ámbitos salpicado por esta ideología ha sido el regulado por la Ley Orgánica 1/2004, de medidas de protección integral contra la violencia de género. En esta ley se define la relación entre el hombre y la mujer como "necesariamente conflictiva". Además, "esta ideologización no lleva realmente a la solución del problema, pues no se tienen en cuenta otras causas directamente relacionadas con el aumento de la violencia, como la drogadicción o las rupturas familiares". Para la investigadora María Lacalle, se están manipulando los datos: "desde los años noventa han ido aumentando las muertes de mujeres a manos de sus parejas y ex-parejas pero también las muertes de hombres a manos de sus parejas y ex-parejas, los suicidios de unos y otros, la muerte de niños, la violencia de los adolescentes contra sus padres y las agresiones a las personas de mayor edad dentro del ámbito doméstico. Por no mencionar la violencia en parejas de lesbianas, que es mucho más elevada que la que se produce en parejas heterosexuales. Pero todos estos datos no se difunden a través de los medios de comunicación, y si no se difunden, no existen".
Por otro lado, para Lacalle, la ley del divorcio exprés "encaja perfectamente en la ideología de género, pues si cada uno se contruye y se inventa a sí mismo, y puede construir su relación como quiera, también se le debe reconocer la capacidad de destruirla a capricho". "No hay que tener en cuenta al otro cónyuge, ni tampoco hay que pensar en el daño, a veces irreparable, que se produce en los hijos", añade.
Por otro lado, parece que existe un interés en minimizar la autoridad de los padres, en lugar de reforzarla. Lacalle recuerda que en la Ley Orgánica de Educación "no se menciona para nada la autoridad de los padres. Esto ya fue denunciado por el Consejo de Estado en su informe, que recomendó al Gobierno que incluyera algún párrafo que hiciera hincapié en la autoridad de padres y profesores, pero el Gobierno hizo caso omiso". La Ley Orgániza de Educación 2/2006 "está impregnada de ideología de género, lo cual queda claro desde el mismo Preámbulo, donde se dice que son fines de la educación, entre otros, el desarrollo de las características afectivas del alumno, el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual, así como la valoración crítica de las desigualdades, que permita superar comportamientos sexistas".
En todo este proceso de ingeniería social es necesario "minar la autoridad de los padres para así manipular libremente a los niños y configurar sus conciencias y su visión del mundo y de las cosas".
El doctor en Derecho Canónico, Luis Garza, afirma que "esto es algo cómodo para algunos grupos que quieren adquirir y mantener el poder político por generaciones", "... pero además es el preludio para manipulaciones de gran envergadura como las que experimentamos en el siglo XX".
5 comentarios:
Me encantan tus extremismos.
María Lacalle Noriega, ¿investigadora o instigadora? es que no me ha quedado claro. Bibliografía de esta eminencia entre artículos y libros : "Tiempo y eternidad en San Agustín", "El pensamiento cristiano a inicios del siglo XXI", "La familia como lugar de integración social", "El matrimonio como institución natural, fundamento del orden social", "Introducción a la teología: el contenido esencial de la fe católica". No tengo más que decir sobre esta eminencia.
Universidad Francisco de Vitoria, buque insignia de los Legionarios de Cristo, organización ultraderechista y ultraconservadora de la Iglesia Católica, liderada hasta hace poco por D. Marcial Maciel ( R.I.P. ), que se hizo famoso por las acusaciones de PEDERASTIA Y ADICCIÓN A LAS DROGAS hacia su persona.
Y sobre el contenido de artículo, cojo el primperan y me lo meto en vena. Una de las conclusiones es que cualquier persona puede "elegir" su identidad sexual independientemente de su naturaleza. Hoy me siento hombre, mañana me sentiré mujer. COMO SI ESAS COSAS SE ELIGIERAN. A VER SI OS ENTERAIS DE UNA VEZ. LA IDENTIDAD SEXUAL NO ES UNA OPCION, NO SE ELIGE. UNO NACE ASÍ, POR MUCHO QUE DIGA AQUILINO POLAINO.
Por cierto, la próxima vez danos una charla de las tesis más innovadoras de la eminencia Aquilino Polaino, ese del que todavía se avergüenza el PP por su intervención ante el Senado en relación con la homosexualidad. Vamos, que hasta Fedeguico en la COPE se enfrentó en las ondas a su compañera Cristina López Schlichting diciéndole : "Cristina pensará que está bien que Polaino diga que la homosexualidad es una patología. A mi me parece que es una patología pensar que la homosexualidad es una patología. El PP no puede presentar como doctrina suya una cosa que hasta la mayor parte de la derecha que votamos PP nos parece entre disparatada, repugnante o escalofriante. Esto no puede ser lo que el PP presente como argumento científico".
Eso sí, el recién nombrado Rouco Varela apoyó incondicionalmente al señor? Aquilino Polaino. ¿Por qué será? Dios los cría y ellos se juntan.
Vamos, que tu único fundamento para descalificar a esta gente es decir que son católicos o que han defendido ideas católicas y que, según tu, por ello ya tienen vetado el poder hablar en cualquier ámbito, aunque sean catedráticos, aunque sean doctores, aunque sean investigadores.
Realmente tu forma de pensar me resulta, además de sectaria, excluyente y xenófoba.
Sobre el contenido del artículo, me gustaría que los comentarios también fuesen de índole jurídico-social, porque este es el ámbito en el que se han desarrollado las ideas jurídicas expuestas y si no podríamos llegar a desvirtuar lo expuesto. En cuanto a tu afirmación de que "la identidad sexual no es una opción, no se elige, uno nace así", te doy toda la razón, no se elige, nacemos así y, por ello, no es lógico que cada uno pueda inventarse a uno mismo sin que cuente la naturaleza, como si el deseo fuese motivo suficiente para pretender alterar la realidad.
En cuanto a tus afirmaciones PPeras, no tengo nada que decir. Estoy ya cansado de que trates de identificarme con un partido político en el que nada tengo que ver. Podré defender unas ideas que se asemejen más o menos a las de un determinado partido, coincidencias, pero no por ello ese partido inculca en mí una manera de pensar. Por ello cualquier referencia al mismo, si en la entrada no se habla del mismo, me resulta absurda y me deja indiferente.
Por último, Dios no cría a nadie, los padres son los encomendados a hacer tal función, eso sí, siempre con la ayuda de Dios. "Dios los CREA y ellos se juntan".
Pues si no eres del PP, miedo me das, a la derecha del PP sólo está el abismo.
No estoy afiliado en ningún partido político, principalmente porque no creo en el sistema político español. Si tus pensamientos se reducen a izquierda, derecha y centro...lo lamento.
Es evidente que tú has nacido así, con la hiel en la boca y la amargura en el rictus.
En vez de don bocata, deberías llamarte don amargado, de primer apellido "cargante" y de segundo "brazos caídos"
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