El artículo 87 del TCE establece que "...serán incompatibles con el mercado común, en la medida en que afecten a los intercambios comerciales entre Estados miembros, las ayudas otorgadas por los Estados o mediante fondos estatales, bajo cualquier forma, que falseen o amenacen falsear la competencia, favoreciendo a determinadas empresas o producciones".
La Comisión y el Tribunal de Justicia han precisado el concepto de ayuda:
a) debe suponer un beneficio para una empresa.
b) debe ser concedida por el Estado o con cargo a fondos públicos (se incluyen las concedidas por entes subestatales).
c) debe favorecer sólo a determinadas empresas o producciones.
d) debe falsear la competencia, afectando a los intercambios comerciales entre Estados miembros.
En primer término el llamado fondo de rescate o fondo de intervención discrecional irá dirigido a aquellas entidades que cierto grupo de "expertos" decida. Es de suponer que este grupo de "expertos" actuará discrecionalmente, conforme a criterios subjetivos e incluso partidistas (recordemos que en España parece ser que no quiere hacerse público las entidades objetivo de estas ayudas). Estás ayudas supondrán un sustento, apoyo y beneficio económico para determinadas entidades.
En segundo lugar la ayuda es concedida por nuestros colegas del Gobierno con cargo a fondos públicos, es decir, con cargo a los bolsillos de los contribuyentes.
En tercer lugar, se favorece al sector de las entidades financieras y no en general al sector, sino solo a unas determinadas entidades dentro del sector. De esta manera se distorsionará la realidad del sector ya que determinadas entidades podrán seguir sobreviviendo en el sector gracias a las ayudas discrecionales. ¿Y qué hay de las entidades que no reciban fondos? A pesar del mal actuar de los demás tendrán que seguir compitiendo con ellos y se darán cuenta de que su buen actuar practicamente no les habrá servido para nada. Se quedarán perplejas al ver que en nuestro país a veces compensa más hacer las cosas mal.
En último lugar, ya hemos visto que en cuanto un país de la Unión anuncia su fondo de rescate las Bolsas de su país aumentan considerablemente. Está claro que el que mejor gestione este fondo podrá sacar grandes rentabilidades del mismo y, asimismo, aquellas entidades que hayan hecho las cosas bien tendrán que seguir compitiendo con las que, habiendo hecho las cosas mal, hayan sido apoyadas discrecionalmente por el fondo de rescate.
La Comisión y el Tribunal de Justicia han precisado el concepto de ayuda:
a) debe suponer un beneficio para una empresa.
b) debe ser concedida por el Estado o con cargo a fondos públicos (se incluyen las concedidas por entes subestatales).
c) debe favorecer sólo a determinadas empresas o producciones.
d) debe falsear la competencia, afectando a los intercambios comerciales entre Estados miembros.
En primer término el llamado fondo de rescate o fondo de intervención discrecional irá dirigido a aquellas entidades que cierto grupo de "expertos" decida. Es de suponer que este grupo de "expertos" actuará discrecionalmente, conforme a criterios subjetivos e incluso partidistas (recordemos que en España parece ser que no quiere hacerse público las entidades objetivo de estas ayudas). Estás ayudas supondrán un sustento, apoyo y beneficio económico para determinadas entidades.
En segundo lugar la ayuda es concedida por nuestros colegas del Gobierno con cargo a fondos públicos, es decir, con cargo a los bolsillos de los contribuyentes.
En tercer lugar, se favorece al sector de las entidades financieras y no en general al sector, sino solo a unas determinadas entidades dentro del sector. De esta manera se distorsionará la realidad del sector ya que determinadas entidades podrán seguir sobreviviendo en el sector gracias a las ayudas discrecionales. ¿Y qué hay de las entidades que no reciban fondos? A pesar del mal actuar de los demás tendrán que seguir compitiendo con ellos y se darán cuenta de que su buen actuar practicamente no les habrá servido para nada. Se quedarán perplejas al ver que en nuestro país a veces compensa más hacer las cosas mal.
En último lugar, ya hemos visto que en cuanto un país de la Unión anuncia su fondo de rescate las Bolsas de su país aumentan considerablemente. Está claro que el que mejor gestione este fondo podrá sacar grandes rentabilidades del mismo y, asimismo, aquellas entidades que hayan hecho las cosas bien tendrán que seguir compitiendo con las que, habiendo hecho las cosas mal, hayan sido apoyadas discrecionalmente por el fondo de rescate.