miércoles, 22 de octubre de 2008

Lobby encubiertos


Los nacionalismos en España no hacen más que entorpecer y alterar las acciones gubernamentales que sí serían razonables para el conjunto de los españoles y no para los intereses de unos pocos. Son la "escoria" de nuestra democracia.

Resulta sorprendente que determinadas cuestiones se decidan no por el interés nacional, sino por las concesiones o buenas palabras que algunos dirijan hacia los sentimentalistas nacionalistas periféricos.

El PNV busca su secesión de España, deseo imposible ya que no está reconocido en nuestra Constitución, recordemos, Constitución creada, aprobada y apoyada en su momento por Arzallus. Toda concesión que le hagan, todo trato de favor que tengan (recordemos las "vacaciones fiscales" concedidas) aún siendo contrario a la legalidad, es lo que motiva su existencia. Por ello su actuación no se fundamenta en el bien colectivo de los españoles, sino en el bien particular de su partido y de ETA. Lo curioso del tema es que son justamente las inversiones y cesiones que hemos hecho en y a su comunidad las que les permite su desarrollo económico, por eso el País Vasco debe ser entendido como aquel niño malcriado que se revela ante su padre pidiendo más y más, sin darse cuenta de que en realidad está bajo el amparo y la protección de su padre.

El caso del BNG es más gracioso, si cabe. El mayor deseo del BNG no es la independencia de Galicia o la autodeterminación del pueblo gallego, ellos son bien conscientes de que Galicia sin España no es nada, sería un lugar en vías de desarrollo. El BNG se siente realizado con el hecho de "hablar" en Madrid, aunque ello no traiga ningún fruto a su comunidad, el hecho de tener voz, aunque no se les haga caso, e incordiar un poco en las decisiones nacionales les provoca una satisfacción dificil de ocultar. Por ello se da la paradoja de que defienden a Galicia pero deseando estar en Madrid.

Para el Gobierno es bien fácil conseguir el apoyo de los gallegos, no hace falta realizar concesiones ni maquinaciones, únicamente con dejarles que se sientan protagonistas de la escena política nacional ya es suficiente.
En cuanto al PNV tenerlos contentos requiere mayores sacrificios pero, justamente el que estén contentos demuestra la existencia de una política desigual y en favor de ellos. A ellos también les satisface el lograr incordiar la política nacional, sentirse con peso político en España, pero no se conforman con únicamente dejarles hablar (como los gallegos) sino que ellos buscan conseguir más, "más pasta" y "más privilegios".

Los nacionalismos dividen y desvirtuan la realidad de un país, manipulan e incorporan ideas de rechazo a los iguales, cuestionan lo incuestionable y, en último término, encaminan la política nacional hacia intereses bien distintos de los nacionales y generando desigualdades entre los ciudadanos de un mismo país.

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