miércoles, 27 de junio de 2007

¿Soldados humanitarios?

Poco más hay que decir tras leer el titular de este periódico.

Parece que todo lo que dice el Gobierno se queda "en el mundo de la retórica y las buenas formas".


Me cuesta creer, tal y como el Gobierno hoy en día nos plantea, que los soldados y militares se dirijan a un lugar en el que ya haya paz como una especie de "monjitas de la caridad", como si de Sta. Teresa de Calcuta se tratara, para desarrollar una función que, al encontrarse tal lugar de destino en situación de paz, me resulta, además de ilógica, inconcevible. Normalmente quienes se encargan de ir a estos lugares en los que ya reina la paz y precisan de ayuda "humanitaria" (término frecuentemente empleado) son las ONG´s. Los militares, sin embargo, es lógico que a dónde acudan sea a lugares donde justamente no haya paz y sea necesario establecerla, de otro modo, no tendría sentido su existencia, y es que es en este punto donde el poder militar cobra su veradadera razón de ser, luchar por la paz y la defensa nacional allá donde estas se vean vulneradas o peligren.

Desde hace varios años nos encontramos ante una situación en la que se trata de huir de la realidad empleando eufemismos para nombrar algo que se cree que puedan ser causas de alteración de las masas que escuchan tales afirmaciones. Y es que desde un tiempo atrás las misiones militares se denominan como "misiones de paz" para así tratar de hacer callar a la gente, cuando, sin embargo, tal afirmación carece de sentido. Es, de este modo, imprescindible y necesario que el lugar se halle en una situación de guerra para que allí acuda en misión el cuerpo militar. Esa es la obligación de los militares, y es en este punto en el que su existencia cobra sentido.

Pero para que la milicia desarrolle su función es imprescindible asimismo que el Estado los apoye en el desempeño de tal labor a través del material necesario. No únicamente para favorecer la efectividad y eficacia de sus acciones, sino también debido a que el cuerpo militar está compuesto por numerosas y valiosas vidas, debiendo por ello extremar las medidas oportunas para apoyarlas y prevenir, por tanto, cualquier contrariedad que predeciblemente se pueda producir con el fin de defender estas vidas.

Los militares se dejan su vida por el Estado, por la nación, y es por ello por lo que los mismos están en manos del Estado, a expensas de lo que éste estime oportuno para ellos, a expensas de las precauciones y apoyos que el Estado decida para ellos.

Si no hubo inhibidores ha sido porque el Estado ha decidido no tomar tal precaución. Si no se ha tomado tal precaución ha sido debido a una decisión discrecional del Estado con conocimiento previo de la necesidad de tal dispositivo electrónico. Al decidir el Gobierno no tomar tal precaución ha despreciado las vidas que por culpa de su falta de apoyo hemos perdido...y es que, siempre que alguien está interesado y cree en algo, lo apoya y defiende tomando las medidas oportunas. Es por ello por lo que, desde mi mayor pesar, entiendo que el Gobierno ni defiende ni apoya ni valora las vidas de tantos y tantos militares que con sus vidas defienden la paz, nuestra nación, nuestro Estado y, por tanto, a nosotros mismos.



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