lunes, 17 de noviembre de 2008

"Abortar no significa no ser madre, significa ser madre de un niño muerto". Ana Díaz Puig

3 comentarios:

Unknown dijo...

El problema que yo veo es cuando consideras que aquello que tienes en tu vientre es un hijo. Una célula microscopica? Un conjunto de un centenar de celulas? Una cosa con patas, brazos y cabeza pero sin conciencia?

Es lo malo de estas cosas. Que nunca sabes donde poner el límite. Entiendo que se pueda estar en contra del aborto salvo en los casos en que se ponga en peligro la vida de la madre.

Yo que quieres que te diga, que si me dan a elegir entre la vida del niño o la de la madre, si la madre va a seguir pudiendo tener niños. Pues me quedo con la vida de la madre.

Miguel dijo...

Esas circunstancias en las que está en juego la vida de la madre y la del hijo son circunstancias excepcionales en las que la madre toma una decisión.

Son conocidos casos en los que se ha dado esta circunstancia y el amor de una madre ha sido tal que ha sido capaz de dar la vida por la de su hijo.

Pero el tema del aborto no se refiere a estos casos excepcionales en los que están dos vidas en juego ya que, lógicamente, en estos casos necesariamente, por desgracia, es posible que muera una de las dos personas.

El verdadero problema radica en el hecho de que se pueda atentar, destruir y decidir sobre la vida de un hijo, de un ser indefenso. Desde mi punto de vista en el vientre de una mujer hay vida desde aquel momento en el que, el propio desarrollo natural, va a permitir que la mujer de a luz esa vida. Cortar este cauce natural significaría decidir sobre la vida de una persona.

Preguntas por una célula microscópica...acaso las células microscopicas no son vida?

Decidir sobre la vida de los demás va encaminado hacia un genocidio "encubierto", una matanza justificada por el capricho de su asesino, una decisión antinatural hacia un hecho natural.

Manu Economic dijo...

Es un tema complicado, pero la peor perversidad es la que denuncia esta madre: se está produciendo una selección artificial de nuevos cachorros eliminando a los que presentan algún tipo de tara.
¿Es ético?
No estamos hablando de una célula, sino de un ser con un corazón que late, un ser sensible al dolor y al sufrimiento. Pero lo extirparán del vientre de su madre en aras de una prole perfecta para una sociedad perfecta que pueda dedicar todos sus recursos sociales al ocio y el divertimento.
Esto me suena a decrepitud moral.